Poemas De San Valentín
Lo más natural - Amado Nervo
Me dejaste -como ibas de pasada-
lo más inmaterial que es tu mirada.
Yo te dejé -como iba tan de prisa-
lo más inmaterial, que es mi sonrisa.
Pero entre tu mirada y mi risueño rostro, quedó flotando el mismo sueño.
Te quiero - Mario Benedetti
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
No sé si culpa tuya
o de un pérfido Serafín
pero hoy te llevo en la mente
en el día de San Valentín
Quizá fuera ese perfume
que dejas como a Jazmín
cuando veo pasar tu silueta
en el día de San Valentín
O mejor hablar de tu sonrisa
y de esos labios color carmín
que se estiran con alegría
en el día de San Valentín
tomando mi corazón como fin
ha disparado su flecha
en el día de San Valentín
20 poemas de amor y una canción desesperada - Pablo Neruda
Poema 7
Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos.
Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.
Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar a la orilla de un faro.
Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.
Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.
Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
que centellean como mi alma cuando te amo.
Galopa la noche en su yegua sombría
desparramando espigas azules sobre el campo.
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